Por: Ronald Mendoza
CIV devela sello postal en honor a la peregrinación motorizada hacia Esquipulas.
Con la develación del arte del nuevo sello postal lanzado como colección de filatelia en honor de la Caravana del Zorro, y ante más de 40 mil motoristas peregrinos nacionales y extranjeros, el presidente Otto Pérez Molina y Eddy Villadeleón, hijo del fundador de la largada, Rubén Villadeleón, dieron el banderazo de salida a la tradicional romería hacia Esquipulas. El grupo que participó en la 51 edición de la caravana arribó a su destino pasadas las cinco de la tarde.
Un total de dos motociclistas resultaron lesionados durante la jornada, de acuerdo con los Bomberos Voluntarios Departamentales.
Así, se prevé que desde hoy por la mañana comience el retorno de los peregrinos hacia sus hogares; nuevamente el sonido de los motores saturará la ruta al Atlántico.
En la salida también estuvieron presentes el ministro de Comunicaciones, Alejandro Sinibaldi y el ex vicepresidente, Rafael Espada. “Estas grandes tradiciones de los guatemaltecos, donde mostramos nuestra devoción al Cristo Negro de Esquipulas, son una oportunidad para pedirle a Dios que nos dé la paz y la seguridad, que nos permita crecer como país y que nos dé el desarrollo que nos merecemos”, refirió el mandatario durante su discurso previo a la partida de los aventureros.
Vienen del Istmo
Esta tradición ha trascendido las fronteras; prueba de ello fue la participación de devotos de El Salvador, Honduras, Nicaragua, México y Panamá, quienes se apostaron desde las 7:30 horas de ayer frente al Palacio Nacional de la Cultura, donde se inició la travesía por los 222 kilómetros que separan la ciudad de Guatemala de la Capital Centroamericana de la Fe, con el único objetivo de venerar al milagroso Cristo Negro de Esquipulas.
La adrenalina de los viajeros fue evidente, pero también la creatividad, la cual abrió brecha a particulares disfraces que lucieron los motoristas y alegorías que revistieron a las motocicletas que desfilaron sobre la carretera al Atlántico y que llevaron sobre sus ruedas la alegría y el fervor de los participantes, lo que deviene en una verdadera fiesta a su llegada a Esquipulas.