La vida
puede ser el precio más alto.
¡Si
pudiera pintarte un cuadro de lo hermosa que puede ser la vida sin beber!, era
la frase más recurrente que escuchaba Luisa* en medio de su habitual borrachera.
Era su
madrina quien trataba de hacerla reflexionar.
Quizá
este llamado a la sobriedad era tan cotidiano que logró impregnarse en los
recuerdos de esta joven mujer que a los 18 años ingresó a Alcohólicos Anónimos
(AA) por su adicción al alcohol.
Luisa
conoció la bebida a muy temprana edad. “A los 15 años tomé mi primer trago”,
asegura.
A
partir de entonces su vida se sucedió en una serie de peripecias que casi le
cuestan la vida, a ella y a tres amigos suyos que en una ocasión viajaban
juntos.
“El
automóvil de mis padres parecía sentir una gran atracción por las cercas. Una
noche perdí la noción de las cosas y conduje el vehículo por una pendiente,
rompiendo la cerca de acero del patio trasero de una casa. Para cuando pude
darme cuenta de lo que había pasado, vi dos focos rojos sobre otros tantos
vehículos de la policía que se acercaban con suavidad. Naturalmente esa
experiencia no hizo que me detuviera. Solo fue una excusa para beber. Perdí mi
licencia de manejar, tuve que defenderme ante el tribunal y me dejaron libre,
por no mencionar el hecho de que pude hacer que murieran tres amigos que iban
conmigo”, relata esta joven que hoy ve con optimismo como su vida se rehace.
Desde
que probó los tragos, las copas o como desee llamársele, Luisa sintió como el
alcohol dirigió su vida durante tres años. En el camino, debido a su adicción,
perdió a su familia al huir de su hogar y a la mayoría de sus amigos.
“No
había nadie en el mundo con quien pudiera hablar, sintiéndome cada vez más
culpable y con una depresión constante”, rememora.
Hoy,
esta mujer está convencida de que ve el cuadro que le pintaba su madrina.
“Ahora estoy viviendo aquello que mi madrina decía y trato de describírselo a
otros A.A.”, puntualiza.
“Voy a
muchas juntas para seguir pensando correctamente y asegurar mi sobriedad. Ya no
tengo que luchar contra la obsesión de beber. Simplemente no quiero beber”,
concluye.
La sobriedad cada vez más lejos
La bebida
alcohólica es la sustancia que se consume con mayor frecuencia entre la
juventud guatemalteca, precisa la Primera Encuesta Nacional de Juventud en Guatemala
(Enju 2011).
Según
el citado estudio, de los casi 4.2 millones de jóvenes que forman parte de la
población guatemalteca, el 24% de los hombres de este grupo etario consume
alcohol, en tanto solo un 11% de las mujeres del mismo segmento acepta que bebe
licor. De total de estos, el 2.92% lo hace una vez a la semana y el 0.58%
diariamente. La mayoría, el 13.1%, asegura que recurre a la bebida solo
ocasionalmente.
De
igual forma, El Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (CIEN) refiere,
en su estudio Prevención de la Violencia relacionada con la Adolescencia y la
Juventud, que “el alcohol es una de las drogas más comunes entre la
población guatemalteca, especialmente entre jóvenes. Según información del
Patronato Antialcohólico y de la Seccatid, en promedio los guatemaltecos se
inician en el consumo de licor a la edad de 15 años de edad”.
Asimismo,
la Secretaría Ejecutiva de la Comisión Contra las Adicciones y el Tráfico
Ilícito de Drogas (Seccatid), a través de una encuesta realizada en 2013 a un
grupo de 2166 estudiantes de centros educativos del departamento de Guatemala,
determinó que al 19.7% de los entrevistados les han ofrecido licor,
principalmente “en la calle, en la escuela, afuera de la escuela y en una
fiesta”, afirmaron los jóvenes. Solo un 9% dijo que sus familiares les han
ofrecido alcohol.
De
manera general, los encuestados agregaron que probaron licor “por curiosidad
para ver qué se siente” y porque “los amigos les han ofrecido”.
Lo
anterior coincide con la Enju 2011, la que expone que dos son
las razones principales por las cuales los jóvenes consumen bebidas
alcohólicas: Por curiosidad y para socializar y compartir con amigos.
Aunque
los referidos análisis no profundizan sobre qué porcentaje de estos casos
podrían reflejar adicción, las referencias sobre la periodicidad del consumo de
alcohol ofrecida por la Primera Encuesta Nacional de Juventud puede ser una
aproximación al asunto.
De tal
cuenta “se puede afirmar que el alcohol es una de las sustancias que más se
consume por parte de jóvenes. Este fenómeno es explicable en cuanto a que los
medios publicitarios difunden el uso de este con mensajes dirigidos a promover
su consumo especialmente en jóvenes y a que la venta de ambas sustancias es
ampliamente difundida en todo el país, como sustancias lícitas. Esto, en la práctica,
respalda, legitima e incluso promueve su consumo”, concluye la Enju
2011.
Según
Alcohólicos Anónimos, el 60% de sus 42,000 miembros en recuperación son jóvenes,
en tanto resalta que desde hace 5 años ha aumentado el número de mujeres que
asisten a sus grupos.
“Hace 5
años se asistía a un 2% de mujeres dentro de nuestro grupos AA, sin embargo,
hoy esta cifra se ha incrementado a un 10%, la mayoría de ellas jóvenes”,
señala la fundación.
Según
el Patronato Antialcohólico en Guatemala un individuo ingiere 64.75 litros de
bebidas alcohólicas al año.
“Está
claro que las causas que pueden iniciar a una persona en el consumo de licor
son diversas, pero en los jóvenes inciden especialmente la curiosidad, la
presión de grupo y la necesidad de pertenencia. El alcoholismo hoy por hoy es
un problema bastante grave, una adicción que pasa desapercibida dada la aprobación
social del consumo del alcohol y un asunto que no ha abordado de manera
profunda la Seccatid”, señala uno de los miembros de AA, quien por principio de
dicha asociación no puede ser identificado.
La familia debe informar
“No
puedes evitar que tus hijos tengan contacto con las bebidas alcohólicas pero si
puedes guiarlos e informarlos sobre los riesgos. Además, busca como
involucrarte con el medio que los rodea y pasa más tiempo con ellos”, refieren los
médicos del Programa de Promoción de Salud Integral del Adolescente de la
Dirección de Salud y Bienestar Municipal de la Municipalidad de Guatemala.
Los
galenos del programa de la comuna de la metrópoli, en el artículo Cómo
prevenir el alcoholismo en jóvenes, precisan: “Previene el alcoholismo
en tus hijos, primero creando conciencia sobre el perjuicio del consumo de
alcohol, luego evita la confrontación y la culpa y aumenta la confianza del
adolescente; ofrece alternativas deportivas y recreativas”.
Ahora el test
Si eres
joven y crees tener problemas con la bebida, responder a estas interrogantes, 4
de las 12 que componen el cuestionario de AA dirigido a jóvenes, puede darte
algunas luces de tu situación, pues según Alcohólicos Anónimos, contestar de
manera afirmativa cada uno de los planteamientos puede ser una señal de que
mereces atención profesional.
1- ¿Bebes para relajarte o porque tienes
problemas?
2- ¿Has
empezado a beber por la mañana, antes de la escuela o trabajo?
3- ¿Te
parece una gran hazaña poder aguantar mucho bebiendo?
4- ¿Prefieres
beber a solas, en lugar de hacerlo con otros?