Ronald Mendoza
Corren nuevos tiempos, y por ende,
nuevos aires. Las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TIC) han
dictado la utilización de nuevas y mejoradas herramientas en la práctica
periodística. Tras la nueva corriente surge el periodismo y la comunicación
digital, prospera en cuanto a elementos para comunicar, y con una dinámica que
hace más inmediata y amplia la transmisión de información.
El empleo de plataformas multimedia
donde da para más en cuanto a la cabida de elementos, con respecto a los medios tradicionales, han hecho del empleo de imágenes, audio, vídeo, texto,
hipertexto, entre otros, la nueva usanza del periodismo.
Esto no solo cambia la manera de
comunicar, sino eventual e inevitablemente, obliga a modificar y mejorar las
capacidades de los periodistas, ahora digitales.
Ser
o no ser
Según algunos autores y teóricos de la
comunicación digital, ya no hay cabida para el dilema de ser o no ser un periodista o
comunicador digital. La nueva ruta ya está echada, solo hay que aprender a
andarla y sacarle el mejor provecho.
Los retos, para algunos mayúsculos, no
son exclusivos de los periodistas, sino también de los medios para los cuales
laboran.
Ser un comunicador digital plantea
desafíos técnicos y de producción de contenidos. A decir del periodista Ignacio
Negri, “el
periodismo digital requiere que el periodista sea también un gran seleccionador
de imágenes, conozca portales, blogs de imágenes de libre circulación, sepa
manipular cámaras digitales y tenga conocimientos de programas de edición”.
Con todo, no queda más que enfrentarse y
aprovechar las oportunidades de este nuevo proceso de transición del quehacer periodístico.
La consigna: aprender, aprender y aprender.
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